"Niágara" ha sido definida como
un tórrido melodrama pasional. Catapultó al estrellato a Marilyn
Monroe, quien aparece en esta película extraordinariamente bella y
provocativa, especialmente en la famosa escena en la que baila y se
contonea embutida en un ajustado vestido rojo. El impacto que causó la
sensualidad de Marilyn en "Niágara fué tal, que cierta revista, señaló,
que en este filme había dos obras maestras de la naturaleza: las
cataratas del Niágara y la Monroe. La película fué producida por Charles
Brackett y el guión escrito por dos antiguos socios de Billy Wilder.
Walter Reisch y Richard Breen.El realizador Henry Hathaway se mostró
satisfecho con el resultado final de la película, si bien señaló que
quizás hubiera logrado una película de mayor calidad con James Mason en
el papel de marido burlado.
Polly
(Jean Peters) y Ray Cutler (Casey Adams) llegan a las famosas cataratas
del Niágara en viaje de novios. Allí conocen a otra pareja, formada por
Rose (Marilyn Monroe) y Geroge Loomis (Joseph Cotten). Esta última
forma un matrimonio singular, ya que mientras ella posee una tremenda
sensualidad, él, de edad algo avanzada, ha pasado una larga temporada en
un hospital de veteranos de guerra. Durante una fiesta Rose es
sosprendida por Polly en brazos de un joven, Patrick (Richard Allan).
Estos planean asesinar a George y realizar las acciones necesarias para
que la muerte de éste parezca un suicidio.
Es inusual ver a Marilyn hacer el papel de mujer fatal, fría y
calculadora y todo ello magníficamente interpretado. Sorprende que
después de haberla visto mil veces en su típico papel de rubia tonta, en
este film es todo lo contrario y realmente funciona.
Un matrimonio joven y enamorado va a las cataratas del Niágara,
esperando disfrutar de las vacaciones. Pero las cosas se tuercen, y no
porque tengan una crisis de pareja.
Qué bien hace Joseph Cotten de marido atormentado. Y qué sensación de peligro provoca sin decir ni hacer nada, en ese plano en que aparece a lo lejos.
Qué suspense hay en la secuencia de la persecución de Cotten a la Monroe, y también en la de la embarcación que se acerca al precipicio. No sólo Hitchcock sabía crearlo.
El personaje de la Monroe se parece a las cataratas. Seres muy bellos, pero cuidado con acercarte demasiado.
Qué bien hace Joseph Cotten de marido atormentado. Y qué sensación de peligro provoca sin decir ni hacer nada, en ese plano en que aparece a lo lejos.
Qué suspense hay en la secuencia de la persecución de Cotten a la Monroe, y también en la de la embarcación que se acerca al precipicio. No sólo Hitchcock sabía crearlo.
El personaje de la Monroe se parece a las cataratas. Seres muy bellos, pero cuidado con acercarte demasiado.
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