domingo, 5 de agosto de 2012

El multimillonario

El gran Montand, cantante excepcional, auténtico líder de opinión de la gauche divine parisiense... se rindió a los placeres de la comedia hilarante, permitió que le ridiculizaran reprimiendo sus talentos para la danza y la canción, hasta entonces un actor dramático que daría mucho de sí hasta su gran final en El manantial de las colinas, su último gran protagonista; pues bien, todo esto porque estaba loco perdido por esa belleza insólita de Marilyn, más atractiva aún entrando en una madurez fascinante, con quien tuvo un breve y tormentoso romance.

Hagamos el amor, que es el auténtico título de El multimillonario es una comedia espléndida, muy Cukor, muy encantadora entre las sensuales risas de pobres pero felices cómicos y un desdichado millonario en busca de amor desinteresado.

Además les acompañan excelentes secundarios como Tony Randall, Hyde-White y Frankie Vaughn, quien al principio parece una parodia de Dean Martin y luego sorprende con personalidad propia; y Gene Kelly y Bing Crosby junto al cómico Milton Berle en divertidas apariciones.

Los números musicales en su estrecho espacio lucen muy bien porque sus brillantes canciones son de Cole Porter, nada menos... pero el otro león, Cukor, también se rindió y logró una filigrana por demás espléndida para esta Marilyn que se despediría del cine al año siguiente con su primer drama, Vidas rebeldes, y poco después se iría para siempre en trágico final.

Sofisticada comedia romántica con enredo y gratificantes actuaciones musicales que para mi entender no dan para catalogarla dentro del género de musical. Buen y agradable ritmo con unas buenas actuaciones tanto mejor las de los actores secundarios aunque es indiscutible que la sensual presencia de Marilyn Monroe prevalece sobre todo en este tipo de comedias donde su figura es el centro de toda la historia, caso aparte es la elección de Yves Montand (actor de rostro impasible) para este tipo de papel donde parece que el género de comedia no es el más indicado por su imperturbable porte, aunque también se puede valorar desde otro ángulo que es que le aporta más verosimilitud a la diferencia social entre las dos clases en disputa. Prevalece sobretodo el buen entendimiento de todo el equipo que compone esta simpática trama ya que en todo momento mantienen un tono distentido y positivo para que todo sea amable y se vea con optimismo y dulzura.

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