sábado, 4 de agosto de 2012

Los caballeros las prefieren rubias

Segunda y última comedia musical de Howard Hawks (1896-1977) y uno de sus films más conocidos. El guión de Charles Lederer se basa en el libreto del musical de éxito de Broadway “Gentlemen Prefer Blondes”, que se inspira en la novela de igual título, publicada en 1925, de Anita Loos. Se rueda en Fox Studios (Century City, L.A.). Producido por Sol C. Siegel para la Fox, se proyecta en sesión de preestreno el 1-VII-1953 (Atlantic City, NJ).

La acción dramática tiene lugar a lo largo de unas pocas semanas en NYC, a bordo de un trasatlántico que hace la travesía de NY a Cherburgo (Francia) y en París. Dorothy Shaw (Russell) y Lorelei Lee (Monroe) son dos amigas coristas, procedentes de una localidad rural americana llamada Little Rock, que cantan y bailan para ganarse la vida. Son guapas, atractivas y buscan ansiosamente chico para matrimonio. Una es rubia y la otra es de cabello castaño oscuro. Una quiere casarse por dinero y la otra por amor. Dorothy, la líder del dúo, es atrevida, desenvuelta, romántica, conquistadora y práctica. Lorelei es interesada, ingenua, superficial y manipuladora. Gus Esmond (Noonan), pretendiente de Lorelei, es soso, pasivo, retraído y dependiente de su padre.

El film suma comedia, musical y romance. Es una comedia musical de humor alocado, enredos, gags ocurrentes y situaciones absurdas. La obra no tiene ni pretende tener relación alguna con la realidad y la verosimilitud. Se ajusta a las ideas de Hawks, que siempre consideró que las comedias han de ser esencialmente irreales. La irrealidad del argumento, de los personajes y de las situaciones, crea el marco en el que Hawks desarrolla con comodidad su agudo, sutil y en ocasiones desbordante sentido del humor.

Hace uso de muchos y muy variados recursos, con los que consigue levantar una obra refrescante, entretenida, sumamente divertida y poderosamente hilarante. Se sirve de la ironía, el ridículo (atletas olímpicos vanidosos), la farsa (marido que huye de la esposa en barco), enredos (amantes que son espías), sueños imposibles que se hacen realidad, equívocos múltiples, ocurrencias chocantes, buenos “gags”, etc. Se sirve, además, de suplantaciones de personalidad, inversión de roles, exageraciones picantes, confusiones que dan lugar a falsos culpables, ladrones atrapados con el botín en la maleta, parodias y parodias de parodias. El papel de Lorelei contiene una buena dosis de parodia de la propia Marilyn. Ésta parodia posturas y gestos de Rita Hayworth en “Gilda” (Vidor, 1946). Dorothy en una escena hace la parodia de la parodia de Marilyn. La vigencia de los recursos utilizados explica que la obra conserve en gran medida la vis cómica inicial.

Es una de las pocas películas de Hawks protagonizada por mujeres, en este caso por dos mujeres. Ambas son independientes, decididas, liberadas, toman sus propias decisiones, se defienden solas y manejan sus propia vida. Se muestran superiores a los hombres, a los que saben manipular, controlar, convencer, dominar y seducir a su conveniencia. Al servicio del humor, el film adopta una posición ambigua de exaltación de la figura de la nueva mujer de la posguerra y de denuncia del matriarcado predominante en la sociedad americana.

El tema central del film viene dado por un factor de comicidad, la gozosa sátira sobre la relación de sexo y dinero. Casarse por dinero y casase por amor son dos objetivos similares, equivalentes e intercambiables. Casarse por amor no es más digno que casarse por dinero. Casarse por dinero es tan respetable como casarse por amor. La película lo explica con contundencia, irónica franqueza y sarcástico cinismo: “¿Querría Ud. que su hija se casara con un chico pobre?”. Lo confirma con imágenes construidas con brío, intención y evidente buen humor.

El segundo tema principal es el de la avidez sexual y material de las dos protagonistas, que queda explicada con claridad y rotundidad, sin que se roce nunca la grosería o el mal gusto. En este punto, la elegancia y sutileza de Hawks alcanza niveles magistrales. Otro tema es la confrontación de los deseos de una de casarse por dinero y los de la otra de casarse por amor. Lo cierto es que ambas quieren por igual practicar sexo. Una lo hace de modo abierto y descarado. Tras preguntar cantando a los atletas olímpicos su disposición para el amor (“Anyone Here for Love?”), no les vuelve a prestar ninguna atención. La otra lo hace de modo más disimulado: al novio disgustado le da la razón, le hace entrar en la habitación y cierra la puerta. La interpretación de las protagonistas es deslumbrante y electrizante. Los números musicales presentan una vibrante coreografía, de Jack Cole.

La película fue una de las instancias que definieron y fijaron la imagen de Marilyn como diosa del erotismo y del sexo, de la que ella quiso, pero no pudo desprenderse. El film constituyó uno de los grandes éxitos de Marilyn.

La música, de Leo Rubin, Jule Styne, Harold Adamson y Hagy Carmichel, aporta una partitura festiva, en la que se intercalan las canciones y los números musicales. Destacan las melodías de “Bye, Bye, Baby” (cantan Russell, Monroe y los pasajeros), “Two Little Girls from Little Rock” (cantan Russell y Monroe), “When Love Goes Wrong” (cantan Monroe, Russell y admiradores parisinos) y el tema principal “Diamonds Are a Girl's Best Friend”. La fotografía, de Harry J. Wild, en color (technicolor), presenta fuertes y sólidos contrastes de luz y color, que sostienen composiciones imaginativas, muy dinámicas y de extraordinaria visualidad. La cámara acaricia con fascinación el rostro y la figura de las dos protagonistas.

Film clásico de la comedia americana de los 50.


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